En 2021, el compliance es un valioso activo empresarial que empuja a competir con éxito en el mercado.
Las organizaciones con un buen programa de cumplimiento transmiten confianza al mercado y esta reputación potencia sus transacciones. Nadie quiere ya comprar, ni tener como socios de negocio, a entidades desorganizadas, o de comportamiento contractual imprevisible, aunque sus ofertas puedan parecer ventajosas.
En este sentido, la unificación internacional de los estándares de control que están creando las normas ISO juega un papel fundamental. Cualquiera puede contratar, sin temor, en cualquier país del mundo, con una organización que posea un programa de compliance adaptado, por ejemplo, a la nueva norma ISO 37.301, con la seguridad de que su nuevo socio tiene un sistema de controles internos virtualmente infalible.
Lo que las organizaciones gastan en compliance se ha convertido en una inversión, que genera prestigio y contratos.
El pasado mes de septiembre, nuestro socio en materia de cumplimiento normativo y auditoría, Mario Granado, asistió al Compliance Management Systems Manager Program organizado por el Insituto de Emrpesa que contó con ponentes de reconocido prestigio en esta materia.