Para ser un buen asesor fiscal o financiero no basta con manejarse bien con los números; para tener éxito en tu negocio deberás contar con una serie de habilidades que son tanto innatas como adquiridas.
Algunas habilidades innatas son:
1. Organización
Un asesor tiene una gran responsabilidad entre sus manos. Esto supone, normalmente, ser una persona ocupada y con muchos asuntos a los que atender. Para hacer bien tu trabajo necesitas un sistema para organizar tu día a día. Este modo de trabajo demostrará a tus compañeros que eres una persona de confianza y competente.
2. Atención a los detalles
Si trabajas rápido, tienes que ser también muy preciso. Prestar atención a los detalles no sólo es bueno cuando se trabaja con números, también evita problemas y molestias en el futuro. Un pequeño error en un área de la empresa puede tener un gran impacto en el funcionamiento general del negocio.
3. Disciplina
Es muy sencillo decir que aceptas un proyecto, pero hacer el debido seguimiento del mismo a veces no lo es tanto. En este sentido, la disciplina y el método son fundamentales para hacer tu trabajo tan bien como se espera de ti.
4. Compromiso
No sólo con tu empresa, sino también con cada uno de tus clientes. Deberás mostrar que pones todo de tu parte para que tus clientes consigan sus objetivos y, por tanto, también tu propia empresa.
5. Interés por seguir aprendiendo
Una vez que ya tienes las habilidades y el conocimientos necesarios para ser un buen asesor, no puedes conformarte con quedarte ahí. Para estar al día de las novedades y cambios que afectan a tu sector, deberás tener cierto interés en seguir aprendiendo y mejorando.
6. Tolerancia al estrés
Sí, también te hará falta y no todo el mundo cuenta con grandes dosis de ello. Tratar con datos confidenciales y que tienen tanto impacto para un negocio, puede ser muy estresante dado el nivel de responsabilidad.
Competencias adquiridas
7. Conocimientos del sector
Aprenderás todo lo necesario de tu labor y el negocio, sobre todo, a través de la experiencia. Deberás desarrollar, a la par, tus habilidades estratégicas, negociadoras y de liderazgo.
8. Manejo de las tecnologías
El uso de programas y herramientas de contabilidad son necesarios para poder desempeñar muchas de tus tareas diarias. Es importante que te manejes bien con ellas y que estés al día de las últimas novedades.
9. Habilidades comunicativas
En tu día a día tendrás que hablar y mantener reuniones con jefes, compañeros y clientes. Y no todo el mundo será un hacha de los números como tú, por lo que es importante que sepas transmitir la información de una forma sencilla y digerible para cualquiera.
10. Orientación de servicio al cliente
Tener cierto sentido y vocación por el trato con otras personas, siempre será de utilidad en la labor de un asesor.
Saber escuchar y entender las necesidades de un cliente requiere, sobre todo, de práctica y experiencia. También ayuda contar con una actitud positiva, especialmente en los momentos de estrés y presión. Y, lo más importante, ten cuidado de no ser demasiado optimista con los tiempos que das y luego no poder cumplir con tu cliente.